NARRATOR:
Para crear esta pintura, Jean Dubuffet adoptó una técnica rudimentaria que posiblemente usted haya probado en la escuela primaria. Aplicó capas de pintura sobre el lienzo, las cubrió de pintura negra y luego raspó las capas para crear esta escena.
Harry Cooper, curador y director de arte moderno, describe el método del artista.
HARRY COOPER:
Le interesaba alejarse de todas las técnicas de las academias y volver a comenzar como si no supiera nada, por así decirlo. Tras la Segunda Guerra Mundial, tenía la sensación — compartida por muchos de sus compatriotas europeos— de que no podía continuar haciendo lo mismo. Sentían que debían hacer algo más básico, más directo. Las viejas técnicas no habían funcionado: no habían funcionado en política y no habían funcionado en el arte. Los resultados que vemos aquí realmente parecen ser una explosión de pintura muy directa y de alguna manera carente de instrucción. Creo que ese era el efecto que el artista buscaba.
NARRATOR:
Dubuffet sentía fascinación por el arte de aquellos no instruidos en técnicas artísticas, en particular el arte de niños y enfermos mentales, género al que denominó “Art Brut” o arte en bruto. Aquí representa un paisaje plano y revuelto, como podría hacerlo un niño, sin tridimensionalidad. Pero la sencillez de la obra es engañosa. Advierta cómo da vida a la escena con color y detalles meticulosos e ingeniosos.
HARRY COOPER:
Creo que el color nos atrae, nos da la bienvenida, lo hace más divertido, más lúdico. Sin embargo, también en secciones del dibujo de líneas muy finas —por ejemplo, las balaustradas, las barandillas, los ladrillos— a veces hay cortes o frotaduras. Sin embargo, otras veces el raspado es muy delicado y cautivador.
NARRATOR:
Innovador incansable, Dubuffet experimentó con una gran variedad de medios y técnicas. La técnica similar al grafiti que se aprecia aquí —y su acercamiento general al proceso de creación artística— influyó sobre toda una generación de artistas de finales del XX, entre ellos, Jean-Michel Basquiat.